Instantáneas de un fría Bola del Mundo

Esta fue la típica escapada que haces entre semana con el colega del trabajo, y que resulta tener un toque más atractivo e interesante que las de los fines de semana, ya manidas por ser las más habituales.

Coincidía en ese día también que una servidora estrenaba por vez primera esas cosas metálicas, aparatosas y afiladas que se colocan en las botas llamadas crampones, que para mi sorpresa, resultaron ser más cómodos de los esperado, y sobre todo, una se da cuenta del porqué de tener que llevar cargando en la mochila esa cosa tan pesada y abultada.



El sitio elegido fue una ruta improvisada alrededor del Puerto de Navacerrada y allí nos dirigimos en un día de febrero realmente invernal... En el famoso y ya viejito tren que sube a paso lento y chirriante a montañeros, senderistas, excursionistas o turistas desde Cercedilla hasta las mismas montañas.

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Llegados a la estación, nos damos cuenta de la hora... ¡¡y de la temperatura!! Lo peor venía al salir del vagón. Dentro debía haber unos 25 grados. O sea que restados a los -6 de fuera, hacen una diferencia de contraste de 31 grados...

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De camino hacia el inicio de la ruta, nos topamos con otro montañero que, a pesar de la que le había caído encima, seguía resistiendo al pie del cañón.

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Y emprendemos la marcha por la pista, o lo que se intuía como pista, con intención de llegar al menos hasta la Bola del Mundo. Ya que la niebla cada vez se iba cerrando más y no sabíamos hasta dónde nos dejaría llegar.

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Por cierto, estos son los crampones a los que hacía referencia antes, a pesar de que la nieve no era muy profunda y por lo tanto los dientse no se introducían del todo, el agarre que proporcionaban era increíble.
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¡¡Ya casi estamos!! ¿¿Pero en la Bola del Mundo o en una estación espacial??
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Las nubes volaban tan derpisa que cuando querías tirar la foto ya estaba nublado, en cuestión de segundos.
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Vista uno: hacia el sur, al fondo se percibe la coronilla de la Maliciosa.

Vista dos: girando el objetivo a la izquierda vemos la Pedriza sin nieve.

Vista tres: si se quiere hacer la Cuerda Larga se debe seguir por ahí. Al fondo: las famosas Cabezas de Hierro. Cabeza Menor es el pico del centro y la Mayor, el de la izquierda.

Vista cuatro: miramos al norte y apreciamos muy a lo lejos y a la izquierda, Peñalara.

Una foto de rigor... (las gafas no eran mías)
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Como la niebla está compidacada decicimos no continuar y volvemos por el mismo sitio, donde vemos algunos árboles realmente baldados por el peso de la nieve.
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Y la estación de nuevo, unas horas después ya no parece tan gélida, aunque guardaba ese aura de aislamiento y soledad típicos de un día invernal entre semana, en el que las montañas descansan de las numerosas visitas de los curiosos que las admiramos.

Ruta realizada en febrero de 2012.

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